Educado en un colegio jesuita de Madrid, estudió en las universidades de Alcalá y Salamanca. En 1620 abandonó los estudios religiosos y tres años más tarde se dio a conocer como dramaturgo con su primera comedia, Amor, honor y poder. Como todo joven instruido de su época, viajó por Italia y Flandes y, desde 1625, proveyó a la corte de un extenso repertorio dramático entre el que figuran sus mejores obras. Tras granjearse un sólido prestigio en el Palacio Real, en 1635 escribió El mayor encanto, el amor, para la inauguración del teatro del palacio del Buen Retiro.
-Calderón de la Barca en el teatro barroco
La obra teatral del escritor madrileño Pedro Calderón de la Barca significa la culminación barroca del modelo teatral creado a finales del siglo XVI y comienzos del XVII por Lope de Vega.


Calderón es un dramaturgo de oficio, contradictorio y complejo, con supremo dominio de la técnica y multitud de pliegues conceptuales en su teatro.
Obras de Calderón de la Barca
-Comentario de texto de "La vida es sueños"
Calderón representa a la vez la síntesis final de un largo proceso (el Siglo de Oro de la literatura española) y la entrada en la época moderna del espíritu europeo. Aplica las dos variantes de la poesía española del momento: el conceptismo -poesía de ideas, contrapuestas y enfrentadas paradójicamente, en efectos de sorpresa y deslumbramiento- y, en menor dosis, el culteranismo -poesía de pinceladas visuales, entrechocadas como fuegos artificiales-. Pero lo realmente importante en la obra de Calderón es su inventiva aplicada sobre todo a la creación de variadísimos mundos teatrales.
Las motivaciones constituyen algo consabido: el público y Calderón se encontraban de acuerdo en una serie de preceptos y conceptos que observar. Sobre eso, el autor inventa repetidamente diferentes mundillos, no sólo variando el argumento, sino cambiándolo todo: ambiente, decoración, reglas escénicas, etc.. Así, pasa ágilmente del drama teológico a la comedia de enredo, a la comedia de gran fantasía, al auto sacramental, a la comedia mitológica, etc.., y dentro de cada uno de estos pequeños géneros, vuelve a crear en cada caso un nuevo tejido de supuestos para el juego teatral.
Teatralmente, Calderón comenzó a escribir teatro siguiendo el modelo de la comedia lopesca; esta imitación constituye su Primera Época. Se distingue la Segunda Época de la Primera porque es la etapa de madurez, donde sin modificar sustancialmente las características de su modelo, sí que aporta ciertos rasgos personales:
- Lope de Vega era más descuidado que Calderón, quien cuida hasta el más mínimo detalle. Así, es lógico que prefiera la unidad de acción que rechazó Lope. A pesar de eso, Calderón conserva la típica dualidad de la comedia lopesca. Esta doble acción tiene la función de aligerar el contenido ideológico, abstracto o simbólico de sus obras.
- Calderón responde al gusto más extremado del Barroco: sus versos revelan la preocupación formal de la época y en ellos aparecen todos los artificios que tenía la lengua a disposición de todos los lectores. Calderón utiliza tanto los recursos culteranos como los conceptistas.
Nos ha dejado unas 120 comedias y 80 autos sacramentales, más un bueno número de obras menores (entremeses, loas, jácaras, etc...). Las obras de Calderón se han clasificado según sus diferentes géneros.
- Comedias de enredo: constituyen el grupo más numeroso. En ellas Calderón explotó los esquemas típicos de la comedia de capa y espada; estas obras solían desarrollarse en un ambiente urbano y versaban sobre enredos amorosos; personajes convencionales que ilustran las ideas de las clases elevadas. A pesar de estos elementos tan manidos, Calderón destaca a la hora de desarrollar la trama; sobresale por su habilidad, manteniendo el interés y el suspense. Eran obras puramente de diversión. Los dos ejemplos más conocidos son La dama duende y Casa con dos puertas mala es de guardar.
- Dramas religiosos: atrajo a Calderón debido a su oficio de capellán y por su formación. En su Primera Época destaca la obra La devoción de la cruz, escrita para promover la devoción por la cruz. El mágico prodigioso corresponde a su Segunda Época; en esta obra tiende al desarrollo de importantes temas teológicos.
- Comedia Costumbrista: no es fácil discernir entre ésta y la comedia de enredo. Suele basarse en motivos más populares, de carácter rural. Se pudo muy de moda sobre todo en el primer cuarto del siglo XVII con Lope de Vega. Destaca la “versión” de El alcalde de Zalamea de Lope, al que llegó a superar.
- Drama Histórico: gracias a él, se ofrecía la propia visión de los acontecimientos presentes acudiendo a lo pasado, para oferecer un discurso político. Plantean conflictos entre el rey y la nobleza, entre ésta y el pueblo, etc... Se ofrecía una exaltación “patriotera” de España y la monarquía. Calderón exaltó la figura del rey, aunque éste no convencía a casi nadie. En El sitio de Breda, se narra la victoria de España en Flandes. La Cisma de Inglaterra fue censurada por la reforma protestante.
- Tragedia de Honor: tema típico de algunos dramas de Calderón como El médico de su honra o el Pintor de su deshonra. En estas dos obras, el dramaturgo lleva a sus máximas consecuencias el código del honor de Lope.
- Comedia Mitológica: la mayoría de estas obras las compuso a partir de 1651, con mucha experiencia ya como dramaturgo; ya tenía fama y el beneplácito del poder. Se representaban en el Palacio del Buen Retiro, construido y habilitado para las fiestas y estas obras. Estas piezas mitológicas le permitían disponer de todos los medios para crear ese espectáculo total; pretendía sorprender a los más difíciles: la Corte, la nobleza, etc... Compuso unas veinte comedias mitológicas, entre las que destacan El mayor encanto amor,Fieras afemina amor, El hijo del Sol, Faetón o Eco y Narciso.
- Dramas Filosóficos: se nos muestra aquí el Calderón más trascendente, preocupado pos la ortodoxia católica, la fugacidad de la vida, etc.. Es una representación exacta del pensamiento barroco. La vida es sueño o En esta vida todo es verdad y todo mentira representan ese pensamiento.
- Autos Sacramentales: alcanzan su máxima perfección y profundidad con Calderón; les dio más extensión; aplicó en ellos su rigor teológico hasta que él mismo definió su autos como “sermones puestos en verso”; se inspiró en las Sagradas Escrituras (La cana del rey Baltasar), en temas marianos (La hidalga del valle) y en asuntos mitológicos (El divino Orfeo).
- Teatro Menor: no tiene autonomía, servía de acompañamiento a la representación teatral, se insertaba entre acto y acto y al final de la obra. Calderón escribió mojigangas, entremeses, etc... El desafío de Juan Rana, Los Guisados, Don Pegote, etc...
- Zarzuelas: piezas teatrales que hizo sobre todo para fiestas privadas palaciegas por encargo del rey; los actores eran la propia familia real. Suele utilizar la mitología, como en el caso de El golfo de las Sirenas.
LA VIDA ES SUEÑO
El asunto y las fuentes:
El príncipe Segismundo de La vida es sueño duda de la realidad del mundo que le rodea unos años antes de que Descartes se pregunte también si el mundo es una ilusión; incluso cuando este personaje de Calderón se resigna a no saber si sueña o está despierto, está entregándose ya a la única solución que más adelante propondrá Kant: “el espacio y el tiempo pertenecen a la realidad sólo como parte de la mente, como intuiciones con las que las percepciones son medidas y valoradas”.1
La vida es sueño es el gran drama filosófico del siglo XVII: donde la preocupación intelectual y moral es honda expresión del espíritu europeo de su época. Calderón lo compuso en 1635, cuando ya había alcanzado la madurez. Existe otra versión, pero es una obra de juventud; la segunda se conoce mucho mejor. Aún existe otra más, que es el auto sacramental que lo convirtió el propio dramaturgo.
Para esta obra, Calderón utilizó elementos y fuentes que ya existían en la época:
El cuento del durmiente despierto: de origen oriental, parte de Las Mil y Una Noches; en él, un mendigo despierta siendo rey y luego otra vez mendigo.
La leyenda de Buda y su adaptación cristiana en la Leyenda de Barlaam y Josafat: en la primera, Buda se mantuvo alejado del mundo para que no se produjera lo vaticinado por el brahmán. En la segunda, se predice que Josafat acabará convirtiéndose al cristianismo.
La tradición de los textos bíblicos, como el Libro de Job, donde se alude al tema del sueño.
El mito de la caverna de Platón, recogido en su República.
El estoicismo senequista, heredado de su estancia con los jesuitas.
La literatura ascética, a la que pertenecía la idea de concebir la vida como un sueño, algo que entroncaba con un tema tan barroco como la inconsistencia de la vida.
La labor de Calderón fue recoger estos elementos y ponerlos en una obra de teatro (La vida es sueño). Así consigue apurar todas las posibilidades gramaticales, ideológicas y humanas.
Argumento y estructura:
La obra comienza con la entrada violenta en escena de Rosaura, quien, ataviada de hombre y en compañía del gracioso Clarín, llega a Polonia dispuesta a probar su noble origen tras ser rechazada por Astolfo debido a su origen ilegítimo. Ambos (Rosaura y Clarín) llegan a una torre donde oyen lamentarse a un hombre, Segismundo, quien al verla trata de matarla. Se produce, entonces, la aparición de su guardián, Clotaldo, padre de Rosaura, quien ignora este vínculo. El mismo Clotaldo acoge a Rosaura en el palacio del Rey Basilio. En este punto, asistimos a la explicación del monarca a sus sobrinos (Estrella y Astolfo) y a toda la corte, sobre el verdadero origen de Segismundo y las razones que le llevaron a encerrarlo. Basilio ha decidido devolver a su hijo a su naturaleza real para poner a prueba su comportamiento y la veracidad de los vaticinios del horóscopo. Por su parte, Estrella y Astolfo serán coronados si Segismundo prueba la verdad de esos vaticinios.
Por otro lado, Rosaura pasa a ser la dama de compañía de Estrella, y a través de diversas estrategias descubre el doble juego de Astolfo y la verdadera identidad de Coltaldo. Mientras, Segismundo adopta en primera instancia un comportamiento tiránico y despótico; por esa razón, Basilio le devuelve a la prisión donde había permanecido encerrado, haciéndole creer, con la ayuda de Clotaldo, que todo fue un sueño. El ejército, sin embargo, se dispone a liberar a Segismundo, pero lo confunden, en primera instancia, con Clarín, al que Clotaldo había encerrado por intentar chantajearle.
Segismundo se pone al mando del ejército y Rosaura acude a ayudarle rogándole que le ayude a reparar su honor frente a Astolfo. En la lucha muere Clarín. Segismundo, proclamado rey y aprendida la lección de la prudencia que exigen las circunstancias, manda encerrar en la torre al soldado que proclamó la rebelión contra el monarca, perdona a Basilio y Clotaldo, casa a Rosaura con Astolfo y él mismo contrae matrimonio con Estrella.
La estructura interna de la obra se corresponde con la división en tres actos preconizada por Lope de Vega: planteamiento, nudo y desenlace. La vida es sueño cumple esta división más o menos. Pero no cumple otra de las reglas de unidad de Lope, la unidad de acción. Calderón nos muestra en esta obra una doble acción:
- La historia de Segismundo: tomada por la principal.
- La historia de Rosaura: secundaria.

Pero, en realidad, no se trata de una acción secundaria la de Rosaura, sino que ambas se complementan y se desarrollan de forma paralela, sobre todo desde el acto III. A primera vista, pudiera parecer que estamos ante dos historias independientes, pero hay argumentos que demuestran lo contrario, como el hecho de que en ambas tramas hay personajes implicados (Clotaldo, Astolfo, etc...); además, las penas de Rosaura y Segismundo son paralelas y, así, desde el primer diálogo entre los personajes, el espectador se da cuenta de que los problemas de uno son los mismo que los del otro; sus destinos están entrelazados.
Esta idea de que nuestros destinos están escritos, el concepto de predestinación, no son nuevos. Es casi imposible, una vez leída la obra de Calderón, no pensar en el Edipo rey de Sófocles. En la obra del griego, el rey de Tebas, Layo, al predecirle el oráculo que su futuro hijo le iba a matar y se casaría con su propia madre, nada más nacer aquél, manda que se lo lleven lejos del reino; con esto, Layo pretendía burlar los vaticinios del oráculo. Sin embargo, el mismo oráculo es consultado por Edipo años más tarde, e intentando también burlar al destino, huirá lejos de quienes creía sus padres con tan mala “suerte” que llegará a Tebas y matará a Layo y se casará con Yocasta (su madre), ignorando los verdaderos vínculos que les unen. Así, pues, en esta ocasión se nos muestra al destino como algo sagrado que no se puede burlar ni tomar a la ligera.
La vida es sueño, por contra, tiene un final harto distinto al de la obra helena. Segismundo no somete a su padre como habían predicho los hados. Aunque si en un principio sí se mostraba cruel y tiránico, no fue por causa del destino, sino por el embrutecimiento causado por su prolongado encierro, al que ya me referí en el epígrafe anterior.
Encontramos, pues, en La vida es sueño, varios tipos de esclavitud, de no libertad en los personajes, fundamentalmente en Segismundo y Basilio, todos ellos conectados entre sí y con repercusiones los unos sobre los otros.
- En un primer lugar, la esclavitud física de Segismundo, que se encuentra encerrado en una prisión como consecuencia del dictado de los astros, quienes predijeron que sería un tirano y que causaría un baño de sangre en la corte. Basilio, por estos vaticinios, decidió someterle a esa prisión, a ese encarcelamiento. Así, pues, la carencia de libertad física de Segismundo sería fruto, en primera instancia, de la carencia de libertad del hombre como tal (personificada en la figura de Basilio); de la supuesta imposibilidad del ser humano para luchar contra su destino y de elegir libremente.
- Esa imposición del destino sería la culpable (una de ellas) del encierro de Segismundo. Parece ser que estaba escrito en las estrellas que iba a ser un mal rey, un tirano y un déspota; con todo esto, Basilio, procurando lo mejor para su pueblo, optaría por el encierro de su hijo, creyendo que, de esta manera, sería capaz de burlar al destino y a los hados.
- Una vez que Basilio decide liberar a su hijo y comprobar si los vaticinios se cumplen, Segismundo es víctima de otra esclavitud: la producida por la educación que ha recibido. Ésta, al ser prácticamente nula, pues ha sido tratado como un salvaje, como un animal, condicionará su comportamiento de una forma negativa. No sabrá asumir correctamente las aptitudes de un soberano y se comportará de la única forma que sabe: como una fiera. Esa misma educación condiciona también a Basilio desde
el momento en que es por ella por lo que se decide a consultar a los astros y a interpretar sus predicciones. Sus consecuencias ya las conocemos.
- En el momento en que Segismundo actúa como un animal, por instintos, controlado por esas pasiones, ya no es libre de sí mismo. Se produce, así, una nueva esclavitud: la originada por el descontrol de las pasiones, por la ausencia de autodominio de Segismundo, fruto, como ya he señalado, de su educación en su encierro.
La suma de estas carencias de libertades (física, moral, social, etc...) son el motor de la magistral obra de Calderón de la Barca. El resultado de esa suma es un ser totalmente asilvestrado, sin conciencia del bien y del mal, sin conciencia de sí mismo. Una vez que Segismundo logra el autodominio, el resto de las libertades las va adquiriendo por efecto dominó, demostrando que están interrelacionadas y que la sola privación de una de ellas supone casi la alineación del propio individuo frente a la religión, la sociedad y frente a su misma persona.